domingo, 1 de septiembre de 2024

Chistes para una crisis

 (La columna de José Javier Rueda en El Heraldo de Aragón del 22 de marzo de 2015. Aunque hace nueve años de su publicación, aún es aplicable, me temo)

En ‘El chiste y su relación con el inconsciente’, Sigmund Freud decía que los chistes, además de hacer reír, revelan verdades ocultas de la vida social. Por eso, en un suplemento de Economía conviene recurrir de vez en cuando a los chistes de economistas aunque solo sea para que sirvan como una farola sirve a un borracho: más para apoyarse que para iluminarle.

Después de siete años de profunda crisis y dejando para otro día a los buenos economistas, se pueden definir ya varios papeles interpretados por los malos en este periodo. Así, los ha habido muy despistados, tipo descubridor transoceánico: «¿Por qué Cristóbal Colón fue el primer economista? Respuesta: porque cuando dejó el Puerto de Palos para descubrir América ignoraba a dónde iba; cuando llegó, ignoraba dónde estaba y, además, lo hizo todo con una beca del Ministerio».

No obstante, los más célebres han sido todos esos que han surgido con la aseveración tajante de que ellos ya vieron venir la crisis antes de 2007. «Los economistas han previsto nueve de las últimas cinco recesiones». Lo cierto es que hay estudios que demuestran que de las 134 crisis y recesiones habidas en el mundo en desarrollo entre 1991 y 2001, el FMI solo predijo 15. Por eso, se dice que un economista es un experto que sabrá mañana por qué las cosas que predijo ayer no sucedieron hoy.

Y también ha habido economistas que han engañado, como esos que utilizaron modelos matemáticos para justificar que las hipotecas subprime eran un negocio redondo y, sin embargo, acabaron por generar una de las peores crisis del último siglo. Actuaron como depredadores: «¿Por qué los tiburones no atacan a los economistas? Respuesta: Por cortesía profesional».

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