domingo, 14 de abril de 2013

Richelieu, Hamilton: póquer de mentirosos



(La columna de Pablo Rodríguez Suanzes en El Mundo del 26 de diciembre de 2012)

En los últimos dos años, pero particularmente, en los últimos seis meses, en Europa se ha jugado una gigantesca partida de póquer. Por un lado, los gobiernos de Atenas: primero Papandreu, después Papademos, siempre Venizelos. Del otro, Merkel y Sarkozy, pero también, y de forma progresiva, los ministros de Finlandia y Holanda junto a los máximos responsables del FMI y el BCE. En juego, Europa, el euro y 11 millones de griegos. Las armas, realidad y faroles: defaults, quitas, bonos, manifestaciones, tan mezclados como peligrosos (http://www.economist.com/blogs/buttonwood/2011/11/debt-crisis).
Michael Lewis, preclaro, lo tituló a la perfección, sin querer, en El póquer del mentiroso (http://www.revistadeletras.net/el-poquer-del-mentiroso-de-michael-lewis), pero le dio forma en Boomergan (http://www.nytimes.com/2011/09/27/books/boomerang-by-michael-lewis-review.html?pagewanted=all&_r=0). El póquer, como concepto de riesgo, apuesta y peligro, está en la esencia misma de Europa. En el número de marzo [de 2012] de Foreign Affairs, y con la percha de la reciente publicación de una biografía, Daniel Bell escribe y describe la época de Richelieu: Poker Lessons From Richelieu. Retrato de un hombre de estado y un jugador (http://www.foreignaffairs.com/author/david-a-bell). Bell sostiene -con razón- que para entender al estadista francés sigue siendo imprescindible acudir a Kissinger y J. H Elliot, y traza el perfil de un jugador consumado y superior a Olivares, dispuesto a correr riesgos. Matt Matros, jugador profesional de póker, explicaba el año pasado la crisis financiera a sus seguidores usando ejemplo de fichas y apuestas.

Las similitudes históricas […] no acaban con la Francia del XVII. El acuerdo del Eurogrupo incluye la exigencia de que Atenas cree una escrow account, una especie de cuenta de garantía o fideicomiso con fondos para asegurar el pago de su deuda. Charlemagne, uno de los columnistas estrellas de The Economist (twitter.com/econcharlemagne), recordaba esta semana que, en 1789, Alexander Hamilton «creó una especie de escrow account tras asumir la deuda de los estados» (ushistory.org/us/18b.asp). No por casualidad, Lord Malloch Brown, […], reivindica la figura de Hamilton y su llamamiento, como secretario del Tesoro de EEUU, a la solidaridad para superar las adversidades. En un plano más cercano, Dimitris Kontogiannis entiende la desconfianza de la UE, pero advierte con claridad en Ekathimerini.com de los grandes peligros de poner los fondos en una escrow account (http://www.ekathimerini.com/4dcgi/_w_articles_wsite2_1_19/02/2012_428749). Grecia necesita un futuro, por duro que sea.
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