sábado, 24 de diciembre de 2016

El sueldo de papá Noel



(La columna de Pablo Rodríguez Suanzes en el suplemento económico de El Mundo del 19 de enero de 2014)

Si la Navidad es época de excesos y consumo, la cuesta de enero suele serlo de buenos propósitos, arrepentimientos y pensamientos. Perfecto para la reflexión sobre el vínculo entre un periodo de tiempo tan especial y la economía. Para un niño, la primera vez que habla con Santa Claus es un momento mágico. Para un padre friki, un ejemplo de big data y aprendizaje asimétrico (http://eaves.ca/2013/12/24/santa-claus-big-data-and-asymmetric-learning/). Hay decenas de países en los que Papa Noel, o similar, trabaja a destajo. Aquí un mapa (http://www.smithsonianmag.com/smart-news/see-every-one-of-santas-international-guises-180948205/?utm_campaign=12242013&no-ist). Un esfuerzo de esa categoría merece una recompensa. ¿Cuánto debería ganar Papa Noel? Un 25% de los estadounidenses cree que 2.000 millones de dólares al año. Un 30%, que nada. El consenso, que 138.000 dólares. Y un 14%, que Bill Gates debería ocupar el cargo (cnbc.com/id/101275827). La neuróloga Kelly Lamber, en todo caso, aconseja mantener el mito y la ilusión en los niños (http://www.nytimes.com/2013/12/22/opinion/sunday/santa-on-the-brain.html?smid=tw-nytimes&_r=0).

Donde los niños ven regalos y felicidad, Joel Waldfogel, autor de Scroogeonomics: por qué no deberlas comprar regalos por Navidad (http://blogs.wsj.com/economics/2009/10/16/qa-scroogenomics-author-on-the-holidays-orgy-of-wealth-destruction/), ve ineficiencias y pérdida de valor. Un reciente panel de primeros espadas, sin embargo, no lo tiene tan claro (http://economix.blogs.nytimes.com/2013/12/19/economists-less-scrooge-like-than-you-thought/). Yves Smith, en Naked Capitalism, recuerda que era un especulador y malo, pero se pregunta... ¿era Scrooge un neoliberal? (http://www.nakedcapitalism.com/2013/12/scrooge-neoliberal.html). En el Smithsonian han elaborado una lista con 10 personajes reales que amargaron navidades (http://www.smithsonianmag.com/history/top-10-real-life-grinches-12149543/?utm_campaign=12242013&utm_medium=socialmedia&utm_source=twitter.com&utm_content=historyandarchaeologygrinch). Art Carden hace una lista de formas en la que un economista puede chafar las fiestas (http://www.forbes.com/sites/artcarden/2011/12/18/ruining-christmas-an-economists-guide/).

Las Navidades no son sólo regalos. Derek Thompson se burla explicando qué pasaría si los economistas escribieran las felicitaciones. (http://www.theatlantic.com/business/archive/2013/12/if-economists-wrote-christmas-cards/282493/). Loewenstein y Sunstein lo analizan en cambio desde el punto de vista de la economía del comportamiento (http://www.newrepublic.com/article/politics/magazine/110860/commerce-claus).

domingo, 18 de diciembre de 2016

Paradoja de la globalización: el trilema de Rodrik



(Leído en un texto de José Javier Rueda en el suplemento económico del Heraldo de Aragón del 9 de octubre de 2016)

[…] La paradoja  de la globalización del economista y profesor de Harvard Dani Rodrik continúa vigente. La célebre tesis es que debemos elegir dos de entre estos tres conceptos: globalización económica, democracia política o soberanía nacional, puesto que no es posible todo al mismo tiempo y con la máxima intensidad.

El denominado trilema de Rodrik propone que podemos aspirar a tener globalización y democracia, pero a costa de la soberanía nacional; o podemos aspirar a mantener nuestra plena soberanía y la democracia pero sin integrarnos en el mundo, encerrándonos en la autarquía; o bien podemos estar plenamente integrados en la globalización económica, manteniendo un alto nivel de control político interno, pero sin democracia política (China).

martes, 13 de diciembre de 2016

España vende hielo a los esquimales



(Un texto de Silvia Fernández Fernández en el suplemento económico de El Mundo del 17 de noviembre de 2013)

Caviar Nacaril exporta a Rusia huevas de esturión criado en Los Pirineos, Pretty Ballerinas triunfa con sus zapatos en Italia y Freixenet ya es el tercer vendedor de espumosos en Francia.

Que las frutas y verduras frescas españolas se vendan en Noruega no tiene mérito. Que el aceite de oliva patrio o el jamón ibérico sean los reyes de la exportación española en China o Estados Unidos entra dentro de lo predecible. Pero que Rusia demande caviar a España o que Francia deguste cada vez más cava y queso manchego ya es otro cantar. Y ni que decir tiene que italianos escojan calzar sus pies con made in Spain.

España exportó en 2012 la cifra récord de 222.643,9 millones de euros, un 3,8% más que en 2011. Fue el mejor dato de la serie histórica, que comenzó en 1971. Y el 2013 arroja, por ahora, datos incluso mejores, puesto que la balanza comercial del primer semestre reflejó un crecimiento del 8% respecto a los primeros seis meses del [2012] (118.722 millones de euros).

Frente a las grandes multinacionales españolas, con presencia en numerosos países, también otras empresas y pymes tienen algo que decir en el mercado exterior. Concretamente, a dichos datos históricos contribuyó en 2012 el aumento del 12% en las empresas que exportaron, 130.247, según datos del Ministerio de Economía y Competitividad.

Triunfan en terreno hostil, con el reto de vender en mercados que son los líderes o reconocidos productores a nivel mundial del producto que estas compañías exportan; y, en el caso de Asia, cuentan, además, con el importante handicap que supone producir a costes occidentales y vender a precios competitivos en mercados en los que la producción resulta más barata. Pero, sin embargo, han encontrado un hueco. 

A Freixenet se le resistió el mercado francés durante años. "Ya en el 83, en Bélgica y Francia nos dijeron que ni lo intentáramos", relata el director de Negocios Internacionales de la firma, Bernd Halbach. Pero era casi impensable dejar pasar un mercado en el que se venden 300 millones de botellas de vino espumoso, de las que hoy en día 150 millones son de champagne. La entrada en escena en 2001 de la empresa francesa Yvon Mau les ayudó a alcanzar su objetivo. Se convirtió en su distribuidora en Francia, tras lograr que el cava se instalase en las grandes superficies y llegase al público francés; "y funcionó entre los clientes", explica Halbach. 

Desde entonces, cada año casi han duplicado sus ventas. Hoy, Freixenet vende cinco millones de botellas en Francia; es su segundo mercado en importancia (por detrás de Alemania y seguido de España). Supone un 4% del total de sus exportaciones y se ha convertido en la tercera marca más vendida en la cuna del champagne.

En el país de los mil quesos también ha encontrado hueco un producto español: el mundialmente reconocido queso manchego. Son varias las empresas que han penetrado en este mercado, entre ellas, Quesos Cristo del Prado y Valdehierro, que lleva siete años exportando a este país. Del total de su producción, un 85% va destinado al exterior, en especial a Estados Unidos. Y aunque Francia supone sólo un 4%, la demanda de paladares curtidos en el fromage es un plus. "Es un público que sabe de sabores", explica José Luis Sevilla, responsable de esta empresa de origen familiar. 

Italia fabrica el 50% del calzado de Europa, según datos de la Unión Europea. Sin embargo, esto no ha sido obstáculo para que una marca mallorquina con nombre inglés, Pretty Ballerinas, haya decidido vender sus zapatos al mayor productor del sector de Europa. La firma, perteneciente al Grupo Mascaró, está presente en el país transalpino desde 2010, tiene tienda en Milán y prevé abrir en Roma. 

Mascaró exporta un 70% de su producción, e Italia supone sólo un 5% de su facturación. No obstante, el mercado italiano es un "escaparate en el que hay que estar" y "la mayor referencia de cara a países del este, sobre todo Rusia", cuenta su responsable de comunicación Kike Díaz.  El principal cliente de Sastrería Cornejo es la industria de Hollywood.

En el codiciado mercado ruso triunfa, precisamente, una empresa española que fabrica un producto que en nada se identifica con España: el caviar. En un remanso de los Pirineos, Caivar Nacarii cría una variedad de esturiones originaria del Lago Baikal, en Siberia, cuyas huevas, son muy apreciadas por el mayor consumidor, el país eslavo, que es incapaz de cubrir su fuerte demanda interna. 

Caviar Nacarii exporta el 70% de su producción, y en 2012 destinó el 32% a su principal mercado -Rusia-, donde se distribuye gracias a un acuerdo con la rusa 000.3D Packaging. Tras siete años en el mercado, su caviar, artesanal y de cultivo sostenible, se exporta a 11 naciones, entre ellas, Japón o Emiratos Árabes Unidos, un país que demanda unas 14 toneladas anuales de este manjar. 

Un caso diferente es el de Sastrería Cornejo. La oportunidad de consolidarse en el extranjero llamó a su puerta en los años 60 con los rodajes en España de producciones cinematográficas como El Cid. El negocio de vestuario de esta empresa de casi un siglo de antigüedad depende del presupuesto de la industria del cine. "Pero fue a finales de los 90 cuando se da a conocer internacionalmente, con megaproducciones como Gladiator", cuenta su directora de Proyectos, María Ortega Cornejo. 

Hoy, casi un 70% de su facturación proviene del exterior. "Nuestro principal mercado es Inglaterra -que son producciones de Hollywood-". Incluso han trabajado con países asiáticos, pero su "expansión es más hacia Occidente", matiza Ortega. 

Empresas de muebles, cerámica, automoción, alimentación, electrónica, cosmética, juguetes... el interés español por la internacionalización crece en todos los sectores de la producción y se abre camino incluso en los rincones más insospechados. La introducción de algunas compañías en estos nichos internacionales es, de momento, poco más que simbólica, pero todas ellas, familiares o filiales de grandes empresas, tienen algo en común: exportan calidad con firma española.
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