domingo, 28 de junio de 2020

Canson, papel de dibujo con historia


(Un texto de Rubén Fernández-Costa en el dominical de El Mundo del 2 de marzo de 2014)

Especializada en crear papel para las bellas artes, Canson es una referencia desde hace 450 años.

Miró, Dalí, Chagall, Picasso, Delacroix… Son algunos de los pintores ilustres que enumera Catherine Barthe, directora mundial de marca de Canson, cuando se le pregunta por célebres usuarios del papel que produce la empresa francesa desde hace 450 años. "Dominique lngres usó un Cansan verjurado diseñado específicamente para él para retratar a su esposa Madeleine en su serie Bain turc. También Aristide Maillol encargó el célebre papel Montval en 1910", presume Barthe.

En efecto, la firma ha sido utilizada como soporte por multitud de artistas. Desde su fundación en el siglo XVII por los Montgolfier en una pequeña fábrica en el sur de Francia, la marca ha crecido hasta nuestros días en los que emplea a cerca de 500 personas, está presente en 150 países y dispone de 4.000 referencias, que se subdividen en papeles para las bellas artes, de uso escolar y tecnológicos destinados a impresión y técnicas digitales. Sus best sellers, según Barthe, son "el de acuarela Arches, 100% algodón y que nunca amarillea, y el Infinity, sobre el que se imprime con excelente nitidez". También cita Mi-Teintes, para pastel y dibujo, y su clásico Pochette, para transportar láminas.

Cuenta la leyenda que Jean Montgolfier fue apresado por los turcos durante las Cruzadas y se vio obligado a trabajar en una fábrica de papel de Damasco, donde aprendió el oficio. Pero fueron sus hijos quienes, tras emparejarse con las hijas de Antoine Chelles, dueño de la fábrica situada en Vidalon donde trabajaban, iniciaron con su actividad una saga familiar histórica cuyo legado ha ido más allá de la papelería. Joseph Montgolfier, miembro de la tercera generación, fue el artífice del primer globo aerostático y sustituyó el sistema tradicional de mazo por el de la pila holandesa, méritos que Luis XVI reconoció al convertir su fábrica en Manufactura Real en el siglo XVIII.

Durante el XIX vendrían otras innovaciones, como los calcos o los primeros papeles fotográficos, y en el XX la expansión internacional y la defensa del papel en un mundo cada vez más digital: "Hablamos de casi 500 años de experiencia en los que la innovación y la cercanía a los artistas han sido una constante", asegura Barthe. Desde 2007, Canson forma parte del grupo Hamelin, donde comparte estrategia comercial como gama premium con otras marcas como Gvarro y Oxford, y organiza anualmente un prestigioso premio internacional de dibujo, el Prix Canson, para promover el uso del papel como soporte para las, creaciones. […]

Distribuidora de los artistas

Desde que se fundara en el siglo XVII en el sur de Francia, esta empresa dedicada a la fabricación de papel no solo ha conquistado a pintores Ilustres. También ha revolucionado el mundo de la papelería gracias a sus constantes innovaciones.

1557 - Jacques Montgolfier, fabricante de papel de Ambert, abandona su Auvernia natal paro establecerse en Beaujolais. Es el inicio de lo expansión geográfica de esta familia.

1692 - Sus hijos Michel y Raymond Montgolfier contraen matrimonio con las hijas de la familia Chelles, papeleros que se dedican al encolado del papel en su fábrica de Vidalon.

1777 - Primer papel totalmente liso, sin estrías.

1780 - Ante la pujanza del papel blanco de HoIanda, las autoridades les autorizan a triturar trapos y papel siguiendo e! método de la “pila holandesa".

1782 - Vuelo del primer globo aerostático en el jardín de lo fábrica de papel de Vidalon, el 14 de diciembre.

1784 - La fábrica de papel de los Montgolfier es elevada al rango de Manufactura Real.

1801 - Borthélémy Barou de la Lombardière de Canson, yerno de Montgolfier, le sucede.

1809 - Invención y súper venta del papel de calco transparente.

1824 - Aplicación exitosa de rodillos aspiradores para deshumidificar y aspirar el agua del papel.

1827 - La máquina de papel obliga a modelizar el encolado. Los Canson idean un nuevo producto adhesivo, a base de cera.

1853 - Nicéphore Niepce aporta una innovación artística: los papeles fotográficos. En el laboratorio de Vidalon, elaboran un tipo que evita el empleo de los costosos cloruros de oro o platino. Obtienen los derechos de patente.

1910 - Se fabrica en VidaIon el célebre Montval con marca al agua (filigrana).

1926 – El 1 de julio, nace Canson & Montgolfier Incorporated. Contar con una oficina de representación en Estados Unidos, al igual que en otros muchos países, ya no basta para los fabricantes de papel Canson.

1947 - Nace el famoso sobre de papel, que se creó para vender las hojas en grupos de 12 y conservarlas en buen estado.

1956 - Se une la marca Arches de papeles para acuarelistas.

1985 - Se introduce nueva oferta de papel para su uso en diseño asistido por ordenador (CAD) y Alta Calidad de Conservación (HQC por sus siglas en francés).

1987 - Los fabricantes de popel Canson y Montgolfier crean su museo en lo casa natal de los inventores del globo.

2007 - Canson pasa a formar parte del grupo Homelin, propietario de emblemáticas marcas como Oxford y Elba.

2010 - Creación del fondo Canson para el Arte y el Papel. Se entrega al joven artista Fabien Mérelle el Prix Canson.

domingo, 14 de junio de 2020

Guijuelo y el jamón


(La columna de Carlos Maribona en el XLSemanal del 29 de enero de 2017)

¿Qué hace que una pequeña localidad perdida en la sierra de Salamanca, sin recursos agrícolas ni ganaderos por la pobreza de sus suelos, cuyos escasos habitantes se ganaban la vida como arrieros, tenga asociado su nombre al de los mejores jamones? Una historia en la que tiene mucho que ver el ferrocarril. A finales del siglo XIX, la construcción de un apeadero de la línea Gijón-Sevilla hizo que algunos arrieros aprovecharan para establecer pequeños negocios de salazón. Los inviernos fríos y secos hacían de Guijuelo un emplazamiento idóneo para curar jamones. Y el ferrocarril permitía llevar hasta el pueblo gran cantidad de cochinos. Los negocios crecieron al tiempo que las chacinas se hacían un nombre en el mercado. Eso permitió construir mataderos propios y adquirir fincas extremeñas para criar cerdos de raza ibérica. En 1984, Guijuelo logró la primera denominación de origen para jamones ibéricos. Las marcas más destacadas de la localidad como Joselito o Carrasco apuestan por mantener el espíritu artesanal y primar calidad sobre cantidad. El cerdo supone el 70 por ciento de la calidad final de un jamón. El resto depende de factores como el salado manual de cada pieza, en función de su tamaño. Y por supuesto de la larga curación en los secaderos. Luego, al menos un año de bodega para desarrollar color, aroma y sabor.

Un proceso lento y costoso. Por eso, un buen jamón ibérico nunca será barato. Y, si lo es, desconfíe.

domingo, 7 de junio de 2020

Breve historia de los precios


(Un texto de Jerry Useem en el XLSemanal del 26 de agosto de 2018)

En el siglo XIX, el sociólogo francés Gabriel Tarde escribió que el mercado venía a ser una guerra permanente entre vendedores y compradores y que el precio constituía una tregua en dicho conflicto.
La práctica de establecer un precio fijo para un bien o un servicio -extendida durante la década de 1860- supuso, de hecho, el fin de las hostilidades permanentes conocidas como ‘regateo’.

Como sucede en todas las treguas, cada uno de los bandos renunció a algo para llegar a ese acuerdo. Los compradores se vieron obligados a aceptar, o rechazar, el precio impuesto por la etiqueta con el montante concreto, un invento del pionero de las ventas John Wanamaker. Por su parte, los comerciantes cedieron la capacidad de explotar lo que cada cliente individual estaba dispuesto a pagar. Y se sometieron a este acuerdo por una combinación de razones morales y prácticas.

Los cuáqueros -entre los que descolló el comerciante neoyorquino Rowland H. Macy, fundador de los grandes almacenes que llevan su nombre- nunca habían sido partidarios de ofrecer diferentes precios a distintas personas. Wanamaker, por su parte, abrió sus almacenes Grand Depot bajo el principio «un solo precio para todos; aquí no hay favoritismos». Otros minoristas repararon en las ventajas de precios fijos abrazadas por Macy y Wanamaker. A la hora de dotar de personal los nuevos grandes almacenes, resultaba costoso formar a centenares de vendedores en el arte del regateo. Los precios fijos, además, aceleraban el proceso de ventas y hacían posible la proliferación de anuncios publicitarios en los que se divulgaba el precio exacto de un artículo.

A todo esto, los usuarios podían recuperar algo de la antigua iniciativa perdida recortando cupones de descuento. Lo que los grandes tenderos sabían era que a los consumidores les gustaba la seguridad de la tregua concedida, pero también conservaban el instinto de ser más listos que sus vecinos. Las compras ‘ventajosas’ les gustaban tanto que, a fin de comprender sus comportamientos, los economistas se vieron forzados a distinguir entre dos clases de valor: el valor de adquisición (el que un coche nuevo tiene para el comprador) y el valor de transacción (la sensación de que uno ha salido ganando o perdiendo durante la negociación con el concesionario).

Los términos de la tregua eran simples: existía un ‘listado de precios’ legítimo, y a los consumidores, de vez en cuando, se les ofrecía un descuento sobre tales precios. Y la tregua continuó estando vigente hasta la llegada de este nuevo siglo.
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