viernes, 1 de julio de 2022

Casa de ganaderos, la empresa más antigua de España

(Un texto de Javier Pérez en el Heraldo de Aragón del 12 de octubre de 2013)

Esta institución ganadera vela por el bien del gremio en Aragón desde la Edad Media. La empresa más antigua del país, con casi 800 años, guarda tesoros históricos mientras comercializa el cordero por todo el mundo.

En 1218, el rey de Aragón, Jaime I, encontró la solución para que su presencia dejara de pasar desapercibida (tenía, solamente, diez años) en la corte: darle más autoridad y competencias al gremio ganadero, uno de los más poderosos y el que poseía el control de las ciudades. De este pacto surgió Casa de Ganaderos, la empresa más antigua de España. El pergamino fundacional --que pronto se podrá consultar a través de la página web de la fundación, ya que se están digitalizando todos los documentos históricos— acredita la fecha de constitución y cuenta, además, con el único sello de Jaime I que se conserva en todo el territorio aragonés.

A partir de entonces, el Justicia de la Casa de Ganaderos -elegido, todavía hoy, por votación de los socios- se convirtió en una de las máximas autoridades de la época, al estar dotado de jurisdicción civil y criminal. El hecho de que en la antigua Zaragoza solo hubiera dos horcas y una estuviera bajo el poder del Justicia es una muestra del poder que llegaron a tener los ganaderos entonces. La institución sobrevivió al paso del tiempo y, aunque poco a poco sus atribuciones fueron desapareciendo (especialmente con la llegada al poder de Felipe V), su presencia llega hasta nuestros días. Actualmente, Antonio Sierra es la máxima autoridad de la Casa.

Hoy, esta fundación que se encuentra ubicada en la calle San Andrés tiene una estructura bicéfala. Por un lado, la parte empresarial, cuyo responsable es Carmelo Heras, el gerente. «Tenemos que actuar respetando la historia», explica. En la actualidad, se dedica a la comercialización de cordero. «Nos diferenciamos, sobre todo, por nuestra trayectoria y por la calidad de nuestro producto», subraya. De hecho, desde hace dos años exporta a Dubái y a los Emiratos Árabes y todavía sigue creciendo. «Facturamos, anualmente, más de diez millones de euros. Contamos con 150.000 cabezas de ganado y tenemos casi 300 socios», asevera el gerente. La otra pata de la compañía es la fundación histórica, creada en 1988 para preservar todo el patrimonio histórico de la institución y controlada por Armando Serrano. «Lo más destacable es que somos una casa dinámica, en constante transformación. Nacimos en el siglo XIII y desde entonces nos hemos adaptado a todas las circunstancias», afirma. Fue esta fundación la que recuperó todos los documentos que hoy en día conservan: «Tenemos el documento de fundación de 1218, papeles de Fernando 'El Católico' y de casi todos los monarcas posteriores. Todos los escritos de la Casa estaban desordenados y algunos de ellos perdidos. Nuestra tarea ha sido encontrarlos, ordenarlos y ahora empieza la fase de digitalización», asegura.

Serrano, además, afirma que «documentalmente» puede asegurar que la Casa está en su actual ubicación desde 1391, pero hay otra serie de elementos que le invitan a pensar que el gremio funciona en la calle San Andrés desde su fundación hace casi 800 años. «El hecho de estar en plena judería me hacer creer que los ganaderos están en ese lugar desde que Jaime I les dio el beneficio de constituir la hermandad», subraya. Aunque, sin embargo, el edificio original tuvo que demolerse y el actual data de comienzos del siglo pasado.

Actualmente, Casa de Ganaderos se gobierna a través de una junta, encabezada por el presidente -el antiguo Justicia- y formada por 15 miembros que se reúnen entre seis y ocho veces al año. Sin embargo, anualmente se celebra una asamblea en la Sala de Juntas Generales, uno de los lugares mejor conservados de la compañía. Los 300 socios ganaderos son citados para debatir cuestiones de la Casa, aunque, al estar repartidos por todo Aragón, solo suelen acudir medio centenar. En esta Sala aparecen obras de incalculable valor histórico, como el retablo gótico de 1451 con los patronos de la cofradía, San Simón y San Judas, o la silla que utiliza el presidente para dirigir las sesiones desde el siglo XVIII, trono que el Justicia cedía a la reina María Cristina cada vez que esta venía a la ciudad en un claro signo de deferencia a la Corona.

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