(Un artículo de Pablo Rodríguez Suanzes en El Mundo del 9 de diciembre de 2012)
Para el desarrollo de las ciudades modernas
hubo dos factores esenciales: la electricidad y el agua corriente, gracias a la
que se mejoró la higiene y sin la que no hubiera sido posible un crecimiento
como el registrado. Sin embargo, hay otro elemento que sirvió para cambiar el
desarrollo económico mundial: los ascensores. Elevadores, más o menos rústicos,
los hubo desde el siglo III a. C., pero los modernos, los que permitieron el
desarrollo vertical, se remontan a mediados del XIX (www.elevatorloadtest.com/elevator_history.html).
Gracias sobre todo a Elisha Otis y el desarrollo de los frenos de seguridad,
que impresionaron en el Nueva York de 1854 (www.otis.com/site/us/OT_DL_Documents/OT_DL_SiteDocuments/Ba4_AboutElevators.pdf).
El WSJ publicaba esta semana una pieza interesantísima
sobre la idea de transporte vertical en el siglo XXI, filosofía, innovación y
las enormes diferencias que hay de una parte a otra del mundo. En cuanto a
velocidad, preferencia o impacto en los diseños, incluso por motivos
religiosos, según explica Theresa Christy, matemática de Otis (goo.gl/k4M3G).
La genial Maria Popova recoge en su imprescindible
Brain Pickings (www.brainpickings.org)
la singular relación entre ascensores, teorías del conformismo y movimientos
sociales como el 15-M y Occupy Wall Street (www.brainpickings.org/index.php/2012/01/13/asch-elevator-experiment/).
En realidad, no es algo nuevo. En 1951, el psicólogo Solomon Asch (http://www.brynmawr.edu/aschcenter/about/solomon.htm)
realizó una serie de experimentos sobre la capacidad (y necesidad) de la gente de no discrepar con la opinión
mayoritaria –dominante- (http://www.simplypsychology.org/asch-conformity.html).
Entre ellos, uno hilarante realizado en ascensores, donde los sujetos, sin
saberlo, cambiaban su ubicación y actitud de forma inmediata ante el
comportamiento de los cómplices del investigador: Sin embargo, como nos cuenta
James Suwiecki en The Wisdom of Crowds, basta con que una voz
valiente se alce para que muchos la sigan en la disensión (randomhouse.com/features/wisdomofcrowds).
domingo, 30 de diciembre de 2012
jueves, 27 de diciembre de 2012
Saqueando los mares
(Sigo con el artículo de Pedro Cáceres en El Mundo del 2 de octubre
de 2011)
El reportaje sobre la industria española publicado hoy
por el Consorcio Internacional de Periodistas de investigación
(ICIJ)
y
en el que se afirma que el sector pesquero nacional ha recibido cerca de 6.000
millones
de euros de ayuda pública desde 2000 es una nueva entrega
de la serie 'Looting the Seas' ('Saqueando los mares'), una investigación
internacional sobre la destrucción de los ecosistemas marinos.
Hace un año, ICIJ publicó un trabajo sobre el
mercado negro del atún rojo en el Mediterráneo que tuvo un gran eco
internacional. La serie sobre la industria pesquera española incluye otros tres
artículos que serán publicados en la web www.iwatchnews.org a lo largo de la
semana.
El Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación se fundó en 1997 como el brazo internacional del Centro para la
Integridad Pública (CPI porsus siglas en inglés). El consorcio es una red de
más 100 periodistas en 50 países del mundo, que trabajan juntos en
investigaciones periodísticas sobre temas transnacionales. El Centro para la Integridad
Pública es una organización sin ánimo de lucro dedicada exclusivamente al periodismo
de investigación. Desde su fundación en 1990, el Centro, con oficinas centrales
en Washington D.C. (EEUU), ha publicado más de 475 investigaciones periodísticas
y 17 libros sobre corrupción gubernamental y en otras instituciones públicas y privadas
El ICIJ se financia con contribuciones de las fundaciones Oak, Waterloo, Adessium
y Open Society.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Las subvenciones agotan los mares
(Un artículo de Pedro Cáceres en El Mundo del 2 de octubre
de 2011)
«Hemos estado pescando demasiado. Hemos tirado por
la borda las capturas que no queríamos. Y hemos
permitido que la flota se haga obesa. Tenemos que romper el círculo vicioso:
hay cada vez menos peces, así que dedicamos más esfuerzo y potencia a pescar,
lo que provoca que haya todavía menos pescado, lo que obliga a aumentar la
potencia y el esfuerzo, y así continuamente». La autora de estas críticas es la
propia comisaria europea de Pesca. La griega Maria Damanaki, que llegó al cargo
a finales de 2009, ha iniciado una reforma de la Política Pesquera Común (PPC)
que debería entrar en vigor en 2013 y tiene como primer objetivo rebajar las
capturas
y el esfuerzo pesquero hasta un margen
de seguridad biológico.
La Comisión Europea admite que las pesquerías están
exhaustas. «Si no cambiamos la política actual, en 2022 sólo ocho de las
136
pesquerías europeas estarán en un nivel sostenible », ha declarado Damanaki. En
ese sentido, Paul Connolly, vicepresidente del International Council for The Exploration of The Sea (ICES), el
organismo de investigación que asesora científicamente a la Comisión, ha
declarado a El Mundo: «El 88% de los stocks están
sobreexplotados y un 30% están en riesgo de colapso, es decir, de llegar a un
nivel en el que la recuperación sea difícil, aunque se deje de pescar».
Los políticos siempre han sido generosos con las
cuotas pesqueras. Connolly indica que, de media, Bruselas
permite cada año un 40% más de capturas que las
recomendadas por la ciencia. Damanaki propone ahora que en 2015 todas las
capturas se ajusten a la capacidad de regeneración de las pesquerías.
La reforma afectará a un sector que,
en 2010, empleó a 141.000 personas, mantuvo una flota de 8.000 embarcaciones
y capturó 1,8 millones de toneladas de pescado por un valor de 7.700 millones
de euros. España es el país líder, con el 15% del empleo, el 13% de los barcos
y el 25% de capacidad de la flota. La UE cree sin embargo que hay que recortar:
«Hay demasiados barcos persiguiendo a pocos peces», afirma un
informe
de la Comisión Europea.
Ciertas voces denuncian que el dinero público ha
alimentado la sobreexplotación. Un informe de la organización conservacionista
Oceana señala que en 2009 las subvenciones a la industria
pesquera de la UE llegaron a los 3.300 millones de euros. España fue el país
que más recibió, con 733 millones de euros.
Para Oceana, las cifras reales de ayudas
son hasta tres veces superiores a los números oficiales de la Comisión Europea,
que solo incluyen el Fondo Europeo de la Pesca (FEP) y no la contribución de
los estados. Oceana denuncia que esos 3.300 millones
de euros recibidos por el sector en 2009 equivalen a la mitad del valor de
todas las capturas desembarcadas en la UE. De hecho, según la ONG, hay 13 países
europeos que reciben subsidios superiores al valor de las capturas que
desembarcan en sus puertos. «Las exenciones fiscales al combustible, el cambio
de motores o la construcción de puertos e infraestructuras contribuyen a la sobrepesca
y la baja eficiencia económica del sector», dice Oceana.
De hecho, la propia comisaria europea admite que ha
habido perversiones: «Sólo entre 2000 y 2006 invertimos 906 millones en desguazar
barcos. Pero al mismo tiempo, se construían otros nuevos o se mejoraban con
tecnologías más avanzadas, de modo que cada año, la capacidad de captura de la
flota mejora un 3%. Esos 906 millones es mucho dinero de los contribuyentes gastado
para no conseguir nada», afirmó la comisaria Damanaki hace 10 días.
El estado que más se beneficia de
las ayudas
públicas ha sido España. Una investigación llevada a cabo por el Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) y
que se da a conocer hoy señala que la industria pesquera
española ha recibido más de 5.800 millones de euros en subvenciones desde el
año 2000. Según ICIJ, estas ayudas públicas representan un tercio del valor del
sector pesquero y de la acuicultura. Así, «uno de cada tres peces capturados en
el mar o criados en piscifactorías se financian con dinero de los
contribuyentes», afirman.
La investigación de ICIJ no se basa en estimaciones,
sino en el gasto real en ayudas pagadas a la industria pesquera española en los
últimos años. Es decir, pagos reflejados en documentos oficiales. El dinero proviene
principalmente de fondos europeos, pero también del Estado y
de
las
autonomías.
El informe de ICIJ, que puede consultarse en la web www.iwatchnews.org, afirma
también que reciben ayudas incluso aquellos industriales que han sido
sancionados por incumplir la normativa.
Javier Garat, secretario general de la Confederación
Española de Pesca (Cepesca) que aglutina a la mayor parte del sector, cree que
el informe del ICIJ «no se ajusta a la realidad». Según él, las ayudas públicas
recibidas por el sector fueron de 2.438 euros en el periodo 2000-2006. Para
2007-2013 hay previstos otros 2.071. Alicia Villauriz, responsable
de la Secretaría General del Mar del Ministerio de Medio Ambiente
y Medio Rural y Marino, confirma a EL MUNDO esas cifras.
Hay que tener en cuenta que los cálculos de Oceana y
del ICIJ incluyen todo tipo de ayudas que el sector recibe y que no entran en la
contabilidad
del Ministerio y de Cepesca. Entre ellas están, por ejemplo,
las exenciones de impuestos de combustible, que según el ICIJ han supuesto un ahorro
de 2.000 millones de euros desde 2000 para la pesca española. Sobre este
extremo, Garat explica que la exención de impuestos de combustible para buques
no es privilegio del sector pesquero, sino de toda la flota internacional,
incluida la mercante. Y sobre las subvenciones a la pesca, explica que al igual
que las agrícolas, están incluidas en los tratados fundacionales de la UE y
contribuyen a mantener el empleo y la actividad en muchas regiones especialmente
necesitadas.
En ese sentido, Markus Knigge, asesor del Pew Environment
Group, un think tank de defensa del medio ambiente, critica que hay un error de
origen en las políticas europeas: «Se partió de la base de que al poner más
tecnología y subvenciones en el campo se producía más. Se ha hecho lo mismo en
el mar sin ver que al aumentar el esfuerzo sólo consigues vaciarlo».
domingo, 23 de diciembre de 2012
La receta canadiense para adelgazar el estado
(Un artículo de Cristina Berechet en El Mundo del 16 de diciembre de 2012)
Canadá estaba inmerso en una profunda recesión y al borde de una crisis de deuda causada por el gasto público. El Wall Street Journal lo calificó «miembro de honor del Tercer Mundo».
Un reciente informe del think tank Cato analiza las reformas canadienses para disminuir el tamaño del Estado y mantener, a la vez, un alto nivel de bienestar. A finales de los 80 y principios de los 90, Canadá introdujo una serie de reformas en el gasto público, privatizando dos docenas de empresas públicas, reformó las pensiones y aplicó una serie de restricciones en el gasto. El país consiguió reducir su deuda del 58% al 34% del PIB, manteniendo así sus presupuestos equilibrados durante más de 10 años. En cambio, las reformas fiscales se centraron en rebajar el impuesto sobre las rentas del capital hasta el 14,5% y el impuesto de sociedades al 27%. El resultado, una reducción del fraude fiscal, un aumento de la actividad económica y la mejora de la recaudación.
Otro estudio, del Institute for Economic Affairs, analiza el modelo sueco y concluye que el secreto del éxito del país escandinavo no es el Estado del Bienestar, sino el libre mercado y la cohesión social. Con los periodos recesivos, la política económica del país volvió a orientarse hacia el mercado: se introdujeron las cuentas de pensiones individuales, la provisión privada de servicios públicos y se aplicó una drástica reducción de los impuestos.
En los últimos años, a raíz de reducir el tamaño del Estado, tanto Canadá como Suecia han mejorado sus índices de libertad económica. Esto confirma que el Estado del Bienestar suprime la libertad a sus ciudadanos a cambio de una falsa seguridad ya que los gobiernos no pueden mantener las prestaciones en casos de crisis económicas prolongadas.
lunes, 17 de diciembre de 2012
Apuestas sobre el premio nobel de economía
(Extraído de la columna de Pablo Rodriguez Suanzes
en El Mundo del 9 de octubre de 2011)
[…] Bueno, no exactamente el Nobel,
sino el premio Sveriges Riksbank de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred
Nobel (www.nobelprize.org/nobel_prizes/economics/).
[…]
Cada año, el Departamento de Economía
de Harvard hace una porra virtual sobre el ganador del premio. La participación es
libre, cuesta sólo un dólar y, desde este año, se puede pagar on-line desde cualquier
parte del mundo (www. people.fas.harvard.edu/~pollmann/nobel). Nombres que
sonaron con fuerza […]: Robert Barro, Martín Weitzman, P. Romer, Al Roth y Jean
Tirole. Buenos candidatos para ahora también. Si miramos qué autores son los
más citados por sus próceres, los primeros de la lista son Andrei Shleifer,
Joseph Stiglitz (que ya lo ganó, Barro y Keckmann) ideas.repec.org/top/top.person.all.html).
En 2008 fue galardonado Krugman. En
2009, Elinor Ostrom, y Oliver Williamson, especialistas en ciencia política. Y
el año pasado, tres expertos en el mercado de trabajo. ¿No sería lógico, con la
peor crisis en 80 años, que le tocara a un pope de la macro o las finanzas? Si fuera así, Olaf Storbeck
(economicsintelligence.com) apuesta (literal) por Robert Shiller, de Yale
(www.econ.yale.edu/~shiller). En el mundo hispanoparlante hay dos hombres con
el suficiente peso: el peruano Hernando de Soto (www.ild.org.pe) y el
catedrático español Jordi Galí. Y quizás si algún día al fin premian a Barro...
(www.salaimartin.com).
martes, 4 de diciembre de 2012
Encuestas, apuestas y el poder de los datos
(Un artículo de Pablo Rodríguez Suanzes en El Mundo del 11 de noviembre de 2012)
Nate Silver tiene 34 años, una apariencia normal y corriente y se gana la vida trabajando con números. Y es también, hoy, una de las personas más populares y citadas de EEUU por haber acertado el ganador de los 50 estados en las elecciones presidenciales de EEUU, mejorando su increíble marca de 2008, cuando pronosticó correctamente el vencedor el 49 de las 50 posibilidades y en las 35 consultas para el Senado del ejercicio (en.wikipedia.org/wiki/Nate_Silver). Silver, un estadístico, creó un programa de análisis de datos de béisbol que logró vender a una firma. En la actualidad es editor de un blog, alojado en The New York Times (fivethirtyeight.blogs.nytimes. com) dedicado a encuestas, elecciones y datos. Y es muy célebre en algunos círculos (http://www.chicagobusiness.com/apps/pbcs.dll/article?AID=9999100030886).
En las últimas semanas, Silver se ha convertido, involuntariamente, en protagonista de las elecciones. Tras desarrollar un algoritmo complejo, afirmó sin dudar que Obama ganaría ampliamente los comicios. Las criticas, sobre todo de conservadores le llovieron (www.chicagotribune.com/news/opinion/ct-oped-1107-goldberg-20121107,0,2458139.column). Pero tenía toda la razón y acertó en pleno, logrando que su popularidad y la venta de su último libro se disparasen (money.cnn.com/2012/11/07/news/companies/nate-silver-election). Incluso desafió a alguno de los que le atacaban a apostar 1.000 dólares -para caridad- si tan seguro estaba de que él se equivocaba. La idea no gustó mucho en su casa (publiceditor.blogs.nytimes.com/2012/11/01/under-attack-nate-silver-picks-the-wrong-defense). Pero Alex Tabarrok, defensor de que un periodista defienda su certeza jugándose su dinero, va incluso más allá. y propone un sistema curioso de inversiones ciegas que obligaría a los que opinan a estar muy seguros (marginalrevolution.com/marginalrevolution/2012/11/a-bet-is-a-tax-on-bullshit.html).
En Wired, Zeynep Tufekci hace una defensa apasionada de Silver, pero sobre todo de los modelos estadísticos y la ciencia aplicada (www.wired.com/opinion/2012/11/why-predictions-and-statistical-models-are-necessary-and-good-for-democracy/). Los quants, expertos en algoritmos y modelos, han sido pieza clave y sorprendente en la victoria de Obama, como cuenta Michael Scherer en Time. Para elegir desde dónde invertir más recursos en anuncios a qué estrella de Hollywood contratar (swampland.time.com/2012/11/07/inside-the-secret-world-of-quants-and-data-crunchers-who-helped-obama-win).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)