(Un texto de Carlos Salas en el suplemento económico de El
Mundo del 27 de julio de 2008)
¿Ha enchufado usted a alguien? Si la respuesta es no, entonces usted está
yendo contra la naturaleza, contra la sociedad y es posible que contra el
bienestar común.
Enchufar
es hacer un
favor personal o familiar. Es un hábito que existe en todo el
mundo, incluso en los países más desarrollados. Si no fuera así, ¿por qué se
dice to pull strings for en
inglés, o pistonner en francés? Los alemanes dicen jemanden einen Posten verschaffen, o
sea, conseguir un puesto a
alguien. Olé.
Si no
existiera el enchufe en nuestra vida laboral y empresarial
deberíamos estar preocupados porque la defensa de la familia, del clan o de la
tribu se manifiesta a través de los enchufes y eso garantiza entre otras cosas
la paz social, según el lnstituto Max Planck para el comportamiento humano. ¡Sorprendente!
No se
asusten. Darwin ya estudió este comportamiento en El origen del hombre y lo denominó reciprocidad. Se dio cuenta de que los
miembros de las especies de animales e insectos tenían una tendencia innata a echarse
una manita. Y no era una actitud egoísta sino
todo lo contrario: se hacía por el bien común y, en el
caso de los humanos, era uno de los fundamentos de la moralidad: «To do good
unto others-to do unto others as
ye would they should do unto you
- is the foundation-stone of morality» (Hacer el bien a otros, al igual que los otros con uno
mismo, es la piedra basal de la moralidad). Pueden consultar sus obras
completas en inglés en http://darwinonline.org.uk. En castellano sólo se
ha digitalizado El origen
de las especies en www.cervantesvirtual.com.
De ahí
nació el estudio del altruismo y la cooperación, y una de las pruebas más
recientes fue el famoso video grabado por un norteamericano donde se observa a
un grupo de búfalos espantar a una manada de leones para salvar a un pequeño búfalo
a punto de ser devorado.
Vayamos
más lejos. La extensión de los lazos
familiares da lugar entre los humanos a la monarquía. «Es el arquetipo de
gobierno regido por el instinto de familia, con príncipes y princesas recibiendo privilegios gracias a los lazos de
sangre más que a los méritos», dice Gerd Gigerenzer, director del departamento
de Comportamiento Humano del Instituto Max Planck (está en el capitulo nueve de
Gut feelings, que significa
Presentimientos. Lo publica Penguin Books. En español en Decisiones instintivas de Ariel).
Los
directores de personal tienen un método supuestamente científico de filtrar
currículos y escoger a las personas idóneas
para los puestos de trabajo. Pero eso es para las grandes empresas. Y España
está llena de medianas y pequeñas empresas, donde ni
siquiera hay directores de personal. De modo que no queda más remedio que~ acudir a las recomendaciones.
¿Es fiable este método?
Un
estudio de la universidad de La
Rioja publicado en
marzo de [2008] afirmaba que los contactos personales son la mejor forma de
conseguir un trabajo. O sea: «Manolo, te llamo para ver si le puedes encontrar
algo para mi sobrinito. El chaval está ilusionado con trabajar. No hace falta
que le pagues mucho al principio. Chapurrea el inglés, tiene muchas ganas de currar
y no roba los bolígrafos». El 23% de los estudiantes y diplomados por esta universidad confesó
haber encontrado trabajo gracias a la recomendación de alguien dentro de la
empresa. Enchufe, a secas. Esta forma de encontrar empleo estaba por
encima de la búsqueda por internet y la consulta de periódicos.
Cuando
se dio a conocer el estudio, algunos blogs comenzaron a especular sobre
las ventajas de esta fórmula. En el Blog Salmón, decían que era un
estupendo sistema de selección de candidatos pues, ¿qué más fiable que una
recomendación de los propios empleados? Además, el enchufado y el enchufante aumentaban su productividad porque sentirían
sobre sus espaldas la responsabilidad de quedar bien ante los demás.
No es
de extrañar que muchas empresas lo estén usando como sistema de búsqueda:
preguntan a los empleados si conocen a alguien que pueda valer para un puesto
determinado. ¿Por qué? Pues porque es mejor enfrentarse a alguien que tiene un
buen catálogo de recomendaciones, que recibir CV anónimos y empezar un proceso de selección complejo y caro.
Creo
que los dos sistemas son igual de buenos. A lo largo de nuestra vida laboral todos
hemos enchufado o nos han enchufado en alguna ocasión. Creo que
hay que reservar un porcentaje de nuestras relaciones profesionales a realizar
favores personales, y entre ellos, a escuchar a los que
nos piden enchufes, y que los demás escuchen los nuestros. Los interesados en
la naturaleza humana recordarán los libros del americano Edward O. Wilson, considerado
el padre de la ecología, quien desarrolló la teoría del altruismo soft y el
altruismo hard. El primero es el que ya he
expuesto hasta aquí, es decir, somos una gran familia y nos ayudamos mientras
nos conozcamos. El segundo es más extremo, el de una persona que sacrifica su
vida para salvar la de otros (un compendio estupendo es Sobre la naturaleza
humana, FCE).