(Un texto de Pablo Rodriguez Suanzes en El Mundo del 17 de
noviembre de 2013)
El año pasado, Alvin Roth, ganó el premio Nobel de Economía (https://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/15/economia/1350299400.html),
Cinco años antes, había escrito un paper polémico: La Repugnancia como
una restricción sobre los Mercados (https://dash.harvard.edu/bitstream/handle/1/2624677/Roth_Repugnance.pdf?sequence=6),
En él, estudia qué efecto tienen sobre la economía normas y prohibiciones cuyo
origen es moral, motivado por la repugnancia que nos generan ciertas cosas (https://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/15/economia/1350316773.html).
Como el lanzamiento de enanos en un bar, que se coma carne de determinados animales
o el hecho de que, en escrupulosa aplicación de la ley de la oferta y la
demanda, los precios de comida y bebida se disparen tras catástrofes
naturales (https://www.elmundo.es/internacional/2013/11/13/5283dab261fd3dbb038b4585.html).
Granjas de moda. Las costumbres alimentarias en China siguen criterios
sobre repugnancia diferentes. Allí, una sabrosa cucaracha está en su punto
después de pasar dos veces por aceite hirviendo. Pero además de un alimento, se
ha convertido en una valiosa fuente de ingresos (https://www.emol.com/noticias/economia/2013/10/21/625657/empresas-farmaceuticas-provocan-boom-de-cria-de-cucarachas-en-china.html),
por la que se están multiplicando las granjas. Par algo más de 10.000 euros se
pueden comprar 75 kilos de huevos, criarlos y luego venderlos a las
farmacéuticas (https://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/asia/china/10399929/Inside-a-Chinese-cockroach-farm.html).
Pero hay que vigilarlas. Hace poco, más de un millón se fugó de uno de los
recintos (https://grist.org/article/over-a-million-cockroaches-escape-from-cockroach-farm/#.UoXl1HIbVUc.twitter).