jueves, 15 de julio de 2021

Efecto Ikea

 (La columna de Jorge Parra en el Heraldo de Aragón del 3 de diciembre de 2017)

En un experimento realizado por investigadores noruegos se pidió a varios grupos de personas que prepararan una comida con diferente grado de implicación a partir de un mismo paquete precocinado de comida india. Mientras unos solo tenían que remover y calentar el contenido, otros debían freír la carne y seguir algunas instrucciones adicionales.

La opinión de las personas que habían tenido una mayor participación en la preparación del plato, aunque fuera mínimamente, era mucho más positiva que la de los miembros del grupo con una actitud más pasiva. Es decir, cuanto más implicado estaba el cocinero en el acto creativo, mejor sabía el resultado final.

Dan Ariely denominó efecto Ikea a este sesgo que hace que valoremos más una mesa que hemos montado nosotros a otra que compramos ya montada. Frente a la tradicional actitud pasiva del consumidor, la tendencia actual es la creación de entornos de experiencia compartidos en los que el cliente participa conjuntamente con la empresa en la co-creación de productos o servicios. Las empresas deben facilitar esta interacción con el cliente. Apple, Lego, Adidas y otras marcas líderes ya lo están haciendo con muy buenos resultados.

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