miércoles, 8 de septiembre de 2021

Bretton Woods: Sé lo que hicisteis en el verano de 1944

 (Un texto de F.J.Losilla Eixarch en el Heraldo de Aragón del 15 de mayo de 2016)

Bretton Woods es una zona eminentemente turística del estado de New Hampshire (noreste de Estados Unidos), sembrada de bosques y otros atractivos. Una de las joyas de la corona es el Mount Washington Hotel, uno de esos grandes hoteles a la vieja usanza. Inaugurado el 28 de julio de 1902, en su construcción intervinieron unos 250 artesanos venidos de Italia. 114 años después, este majestuoso establecimiento sigue abierto al público, con dos campos de golf, circuitos de hípica y varias pistas de esquí exclusivas.

Una historia centenaria que va irremisiblemente ligada a lo acontecido en dicho complejo desde el 1 al 22 de julio de 1944. A cambio de 300.000 dólares y de otros 18 dólares por persona alojada se blindaron las instalaciones para la celebración de la Conferencia de Bretton Woods. 730 delegados de los 44 países aliados de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que todavía seguía en curso, acudieron a la cita para diseñar un nuevo sistema monetario mundial que sentara las bases para hacer posible una paz sólida y duradera tras la contienda bélica. Lo deliberado y acordado en aquellos frescos días de verano supuso unas consecuencias todavía vigentes en nuestros días. Dos de esas decisiones fueron la creación de dos instituciones de enorme influencia, como el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (rebautizado como Banco Mundial) y el Fondo Monetario Internacional. Ambos nacieron con la misión de contribuir a la estabilidad económica de un planeta convulso, que había sufrido la Gran Depresión de 1929 y los efectos devastadores de las guerras.

Dos nombres llevaron la iniciativa durante las maratonianas reuniones celebradas en Bretton Woods. Representando al Reino Unido compareció el ilustre John Maynard Keynes, uno de los economistas más influyentes del siglo XX. Por su parte, las tesis estadounidenses las defendió Harry Dexter White, un tecnócrata anónimo que, paradójicamente, terminó por imponer sus razonamientos por encima de los esgrimidos por Keynes.

Sin duda, el mayor vigor financiero americano impuso su ley sobre las depauperadas arcas británicas de un país bombardeado y magullado en su orgullo. Desde ese momento, la supremacía del dólar ha dictado las relaciones comerciales internacionales. Comenzó a materializarse el relevo en el liderazgo mundial entre el viejo imperio y el nuevo.

Este choque de ideas y de concepciones entre White (quien por cierto pocos años después se demostró que había actuado como espía de la Unión Soviética) y Keynes es una de las aportaciones más interesantes del muy recomendable 'La batalla de Bretton Woods. Keynes, White y cómo se fraguó un nuevo orden mundial', una apasionante crónica firmada por el economista Benn Steil y editada en España por Deusto. Son 500 páginas trepidantes en las que conviven el análisis histórico, las triquiñuelas políticas, un peligroso e imposible juego de equilibrios e incluso unas gotas de espionaje e intriga. Porque en aquel lejano verano de 1944 en un apartado hotel de gran lujo cambiaron las reglas y se movieron las placas tectónicas de la influencia geopolítica y económica.

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