sábado, 25 de octubre de 2014

La curva de Gatsby: desigualdad, matrimonios, príncipes y cenicienta



(La columna de Pablo Rodríguez Suanzes en el suplemento económico de El Mundo del 9 de febrero de 2014)

El polémico informe de Oxfam sobre el aumento de la desigualdad ha reabierto un debate que, en realidad, nunca ha estado cerrado. Las cifras de la ONG eran malas, pero la discusión es muy importante (http://www.malaprensa.com/2014/01/hoy-en-el-purgatorio-pobres-y-ricos-en.html). The Economist se pregunta por qué los pobres no están asaltando las barricadas (http://www.economist.com/blogs/democracyinamerica/2014/01/inequality-0?fsrc=scn%2Ftw_ec%2Fwhy_aren_t_the_poor_storming_the_barricades_). La respuesta clásica: porque su situación no es tan mala. Los ricos tienen coches de lujo, televisiones planas y aviones privados, pero un coche barato, una televisión normal y un aeroplano de línea regular cumplen la misma función (http://object.cato.org/sites/cato.org/files/pubs/pdf/pa640.pdf). La revista, sin embargo, apunta a otro riesgo: la desigualdad de consumo. Precisamente, Cynamon y Fazzari acaban de publicar un paper en el que explican cómo la desigualdad está afectando al crecimiento y retrasando la recuperación. En EEUU, afirman, el 5% con mayores salarios ha recuperado los patrones de consumo anteriores a la crisis, pero el 95% con menos, no. Hasta la década de los 80, los ingresos de ambos subían a ritmos semejantes, cerca del 4%. Desde entonces, no ha hecho sino cambiar (http://www.washingtonpost.com/business/economy/income-inequality-hurts-economic-growth-researchers-say/2014/01/24/cb6e02a0-83b0-11e3-9dd4-e7278db80d86_story.html). Justin Fox piensa de forma similar y cree que «todas las cosas divertidas les han ocurrido al 20%» con más ingresos (http://blogs.hbr.org/2014/01/we-cant-afford-to-leave-inequality-to-the-economists/).

¿Qué factor tiene el matrimonio en esta lucha? Annie Lowrey recuerda cifras claras que relación las relaciones estables con menos pobreza (http://www.nytimes.com/2014/02/09/magazine/can-marriage-cure-poverty.html?smid=tw-share&_r=1). Otro estudio, Wayward Sons, destaca en cambio la rápida decadencia del hombre soltero (http://www.nationalreview.com/article/370240/inequality-marriage-culture-collapse-mona-charen). Jeremy Greenwood ha descubierto otra cosa: los matrimonio cada vez son más homogéneos, los príncipes ya no buscan cenicientas (http://mobile.nytimes.com/blogs/economix/2014/01/27/income-inequality-in-the-u-s-means-princes-dont-go-after-cinderellas/?smid=tw-nytimeseconomix&seid=). Matthew O'Brien lo resume con otro ejemplo: hemos pasado de Mad Men, con hombres con estudios casados con amas de casa a la de Cuando Harry encontró a Sally (http://www.theatlantic.com/business/archive/2014/02/how-i-when-harry-met-sally-i-explains-inequality/283517/). Sin embargo, un paper reciente asegura que la movilidad intergeneracional no se ha reducido (http://www.bruegel.org/nc/blog/detail/article/1232-blogs-review-more-inequality-same-mobility), lo que desmota la célebre Curva del Gran Gatsby, que liga movilidad y desigualdad (http://www.whitehouse.gov/blog/2013/05/28/great-gatsby-curve).

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