domingo, 19 de julio de 2020

Teoría del ‘enchufe’: la paz última


(Un texto de Carlos Salas en el suplemento económico de El Mundo del 27 de julio de 2008)

¿Ha enchufado usted a alguien? Si la respuesta es no, entonces usted está yendo contra la naturaleza, contra la sociedad y es posible que contra el bienestar común.

Enchufar es hacer un favor personal o familiar. Es un hábito que existe en todo el mundo, incluso en los países más desarrollados. Si no fuera así, ¿por qué se dice to pull strings for en inglés, o pistonner en francés? Los alemanes dicen jemanden einen Posten verschaffen, o sea, conseguir un puesto a alguien. Olé.

Si no existiera el enchufe en nuestra vida laboral y empresarial deberíamos estar preocupados porque la defensa de la familia, del clan o de la tribu se manifiesta a través de los enchufes y eso garantiza entre otras cosas la paz social, según el lnstituto Max Planck para el comportamiento humano. ¡Sorprendente!

No se asusten. Darwin ya estudió este comportamiento en El origen del hombre y lo denominó reciprocidad. Se dio cuenta de que los miembros de las especies de animales e insectos tenían una tendencia innata a echarse una manita. Y no era una actitud egoísta sino todo lo contrario: se hacía por el bien común y, en el caso de los humanos, era uno de los fundamentos de la moralidad: «To do good unto others-to do unto others as ye would they should do unto you - is the foundation-stone of morality» (Hacer el bien a otros, al igual que los otros con uno mismo, es la piedra basal de la moralidad). Pueden consultar sus obras completas en inglés en http://darwinonline.org.uk. En castellano sólo se ha digitalizado El origen de las especies en www.cervantesvirtual.com.

De ahí nació el estudio del altruismo y la cooperación, y una de las pruebas más recientes fue el famoso video grabado por un norteamericano donde se observa a un grupo de búfalos espantar a una manada de leones para salvar a un pequeño búfalo a punto de ser devorado.

Vayamos más lejos. La extensión de los lazos familiares da lugar entre los humanos a la monarquía. «Es el arquetipo de gobierno regido por el instinto de familia, con príncipes y princesas recibiendo privilegios gracias a los lazos de sangre más que a los méritos», dice Gerd Gigerenzer, director del departamento de Comportamiento Humano del Instituto Max Planck (está en el capitulo nueve de Gut feelings, que significa Presentimientos. Lo publica Penguin Books. En español en Decisiones instintivas de Ariel).

Los directores de personal tienen un método supuestamente científico de filtrar currículos y escoger a las personas idóneas para los puestos de trabajo. Pero eso es para las grandes empresas. Y España está llena de medianas y pequeñas empresas, donde ni siquiera hay directores de personal. De modo que no queda más remedio que~ acudir a las recomendaciones. ¿Es fiable este método?

Un estudio de la universidad de La Rioja publicado en marzo de [2008] afirmaba que los contactos personales son la mejor forma de conseguir un trabajo. O sea: «Manolo, te llamo para ver si le puedes encontrar algo para mi sobrinito. El chaval está ilusionado con trabajar. No hace falta que le pagues mucho al principio. Chapurrea el inglés, tiene muchas ganas de currar y no roba los bolígrafos». El 23% de los estudiantes y diplomados por esta universidad confesó haber encontrado trabajo gracias a la recomendación de alguien dentro de la empresa. Enchufe, a secas. Esta forma de encontrar empleo estaba por encima de la búsqueda por internet y la consulta de periódicos.

Cuando se dio a conocer el estudio, algunos blogs comenzaron a especular sobre las ventajas de esta fórmula. En el Blog Salmón, decían que era un estupendo sistema de selección de candidatos pues, ¿qué más fiable que una recomendación de los propios empleados? Además, el enchufado y el enchufante aumentaban su productividad porque sentirían sobre sus espaldas la responsabilidad de quedar bien ante los demás.

No es de extrañar que muchas empresas lo estén usando como sistema de búsqueda: preguntan a los empleados si conocen a alguien que pueda valer para un puesto determinado. ¿Por qué? Pues porque es mejor enfrentarse a alguien que tiene un buen catálogo de recomendaciones, que recibir CV anónimos y empezar un proceso de selección complejo y caro.

Creo que los dos sistemas son igual de buenos. A lo largo de nuestra vida laboral todos hemos enchufado o nos han enchufado en alguna ocasión. Creo que hay que reservar un porcentaje de nuestras relaciones profesionales a realizar favores personales, y entre ellos, a escuchar a los que nos piden enchufes, y que los demás escuchen los nuestros. Los interesados en la naturaleza humana recordarán los libros del americano Edward O. Wilson, considerado el padre de la ecología, quien desarrolló la teoría del altruismo soft y el altruismo hard. El primero es el que ya he expuesto hasta aquí, es decir, somos una gran familia y nos ayudamos mientras nos conozcamos. El segundo es más extremo, el de una persona que sacrifica su vida para salvar la de otros (un compendio estupendo es Sobre la naturaleza humana, FCE).

Es un comportamiento tribal que tiene sus extralimitaciones en casos de nepotismo salvaje, pero crea vínculos más fuertes entre nosotros. Cuando una persona de nuestro entorno entra en una empresa lo llamamos recomendación. Y cuando no es de nuestro clan se llama enchufe. Pero todo el mundo usa los mismos métodos. Los recomendados de los ricos entrarán en multinacionales y bancos de inversión. Y los de las clases menos pudientes, en restaurantes o talleres. Pero el comportamiento es el mismo. No sé si en las escuelas de negocios se estudia la importancia de la generosidad humana, porque detrás de esas relaciones no existen ni comprobantes ni facturas. Sólo un número de teléfono, una carta o un mail. No se puede medir la ayuda social, pero creo que es uno de los baluartes de la cohesión social. Y recuerden: lo importante no es Manolo, sino mantener la relación con el tío de Manolo.

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