(La columna de Pablo Rodríguez Suanzes en el suplemento
económico de El Mundo del 9 de marzo de 2014)
El Austin Institute (austin-institute.org), un think tank conservador, ha editado un video titulado Economía del sexo (http://www.youtube.com/watch?v=cO1ifNaNABY),
en el que camufla, bajo argumentos económicos, aspiraciones morales y prejuicios
rancios y machistas. Sostiene que así como los pesticidas supusieron un shock tecnológico que revolucionó la
agrio cultura, la píldora contraceptiva hizo lo mismo en el sexo, abaratando los
costes (las externalidades negativas) en las relaciones físicas. Y como en
todo, el exceso de oferta provoca una caída del precio: antes un matrimonio, ahora
«pagar unas copas». ¿Cuál es la solución? Para el Austin Institute, un cártel de mujeres unidas para subir el precio
que pagan los hombres. A. Marcone ya ha explicado la ideología de los autores (http://www.slate.com/blogs/xx_factor/2014/02/20/mark_regnerus_austin_institute_for_the_study_of_family_and_culture_wants.html)
y Christina Sterbenz, las falacias económicas (http://www.businessinsider.com/economics-of-sex-video-debunked-2014-2).
La psicóloga Terri Conley lleva
años desmontando argumentos economicistas sobre el sexo y la supuesta falta de
interés de las mujeres. En 1989, Clark y Hatfield firmaron un trabajo muy
citado en el que el 70% de los hombres tendrían sexo con una desconocida, pero
ninguna mujer lo haría con un desconocido. Conley, con su trabajo, encuentra
una respuesta distinta (http://nymag.com/thecut/2014/02/woman-with-an-alternative-theory-of-hookups.html).
En lugar de ver a la mujer como «víctima de la evolución», ofrece opciones racionales:
estigma y placer. La culpa, quizás, no sea de la demanda, sino más bien de la
poca calidad de la oferta (http://well.blogs.nytimes.com/2013/11/11/women-find-orgasms-elusive-in-hookups/?_php=true&_type=blogs&_r=1).
Recientemente, Kornrich, Brines y Leupp
han publicado un polémico artículo en la American
Sociological Review en el que afirman que los matrimonios más iguales, donde
hay semejanzas y los hombres hacen más tareas del hogar, puede que sean más
felices, pero tienen una vida sexual más escasa (http://www.asanet.org/journals/ASR/Feb13ASRFeature.pdf).
La sincronía económica no tiene su reflejo en la relación física, y cuanto
mayor disparidad haya entre la pareja, mejor (http://www.nytimes.com/2014/02/09/magazine/does-a-more-equal-marriage-mean-less-sex.html?ref=magazine).
Frances Woolley no comparte las conclusiones, y lo explica con gráficos y curvas
(http://worthwhile.typepad.com/worthwhile_canadian_initi/2014/02/within-versus-between-sample-variation-or-why-an-equal-marriage-means-more-sex.html).
No hay comentarios:
Publicar un comentario