domingo, 23 de diciembre de 2012

La receta canadiense para adelgazar el estado



(Un artículo de Cristina Berechet en El Mundo del 16 de diciembre de 2012)

Canadá estaba inmerso en una profunda recesión y al borde de una crisis de deuda causada por el gasto público. El Wall Street Journal lo calificó «miembro de honor del Tercer Mundo». 

Un reciente informe del think tank Cato analiza las reformas canadienses para disminuir el tamaño del Estado y mantener, a la vez, un alto nivel de bienestar. A finales de los 80 y principios de los 90, Canadá introdujo una serie de reformas en el gasto público, privatizando dos docenas de empresas públicas, reformó las pensiones y aplicó una serie de restricciones en el gasto. El país consiguió reducir su deuda del 58% al 34% del PIB, manteniendo así sus presupuestos equilibrados durante más de 10 años. En cambio, las reformas fiscales se centraron en rebajar el impuesto sobre las rentas del capital hasta el 14,5% y el impuesto de sociedades al 27%. El resultado, una reducción del fraude fiscal, un aumento de la actividad económica y la mejora de la recaudación. 

Otro estudio, del Institute for Economic Affairs, analiza el modelo sueco y concluye que el secreto del éxito del país escandinavo no es el Estado del Bienestar, sino el libre mercado y la cohesión social. Con los periodos recesivos, la política económica del país volvió a orientarse hacia el mercado: se introdujeron las cuentas de pensiones individuales, la provisión privada de servicios públicos y se aplicó una drástica reducción de los impuestos. 

En los últimos años, a raíz de reducir el tamaño del Estado, tanto Canadá como Suecia han mejorado sus índices de libertad económica. Esto confirma que el Estado del Bienestar suprime la libertad a sus ciudadanos a cambio de una falsa seguridad ya que los gobiernos no pueden mantener las prestaciones en casos de crisis económicas prolongadas.

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