(Extraído de la columna de Pablo Rodríguez Suanzes
en El Mundo del 16 de mayo de 2010)
[…] Según el Teorema de Imposibilidad de
Arrow, enunciado por el nobel Kennet Arrow; no es posible contentar a
todos. Al menos si hay 3 opciones en juego (www.es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_de_Arrow).
La tesis de Arrow es que, aunque no nos guste,
«existen situaciones en las que no es posible determinar una ordenación
racional de las preferencias de una sociedad». Un ciudadano puede ser racional
en sus gustos y elecciones, pero no es posible tomar decisiones colectivas que
respeten los criterios racionales individuales. No, al menos, sin que sean
impuestas, lo que, en la terminología de Arrow, genera la figura del dictador
(http://www.analitica.com/Bitblio/kelly/teorema.asp). Él mismo explicó en
2008 el origen de su teorema y sus implicaciones. El vídeo se puede ver en:
www.nobel prize.org/mediaplayer/index.php?id=1080.
¿Son incompatibles democracia y decisiones
económicas racionales? Dani Rodrik, profesor de Economía política en Harvard,
ha llevado esta semana el argumento un paso más allá. A partir del caso griego,
Rodrik escribe, con pesar, que existe en la actualidad un grave trilema
político: «Globalización económica, democracia política y Estado-nación son
conceptos mutuamente irreconciliables» (http://rodrik.typepad.com). Si sólo
podemos tener dos a la vez, ¿cuál escoger? No es nada tomar una decisión, al
menos sin caer en la conocida como Paradoja de Condorcet, que nos
atormenta a todos desde su célebre formulación a finales del siglo XVIII
(asojodcr.blogspot.com.es/2009/03/la-paradoja-de-condorcet.html).
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