jueves, 24 de enero de 2013

¿Gastas o enriqueces?



(La columna de Pablo Cerezal en El Mundo del 30 de septiembre de 2012)

Durante el último siglo, la riqueza de un país se ha medido en los bienes producidos. Costó décadas que los economistas se pusieran de acuerdo en qué es el PIB y cómo calcularlo, pero cada vez son más los críticos que señalan los errores de este indicador. The Economist, por ejemplo, apunta que utilizar el PIB para medir la riqueza equivale a mirar únicamente los beneficios de una empresa, y no sus activos. 

Un ejemplo práctico: Nigeria, que durante los últimos 20 años arroja un crecimiento del PIB superior al 4%, sorprendentemente ha destruido un promedio anual del 1,8% de su riqueza. Es un dato que se extrae del Inclusive Wealth Report 2012 (IWR), que elabora Partha Dasgupta (Universidad de Cambridge) para la ONU. Este informe incluye el capital humano, los recursos naturales y el capital físico (dinero, infraestructuras) y mide la evolución de los tres por separado.
Mediante el IWR se puede ver fácilmente si un país con elevados recursos naturales los ha invertido en crecer o, por el contrario, los ha dilapidado. Frente a los fracasos de Nigeria, Arabia Saudí, Rusia y Venezuela en este aspecto, se contraponen los éxitos de Chile, Brasil o India. De la investigación se extraen tres conclusiones. 1) los recursos naturales apenas son necesarios para el desarrollo (representan el 1% de la riqueza en Japón). 2) El capital físico posee un efecto muy limitado y apenases determinante en el crecimiento de los países más desarrollados (9% en Reino Unido). 3) El capital humano -formación e instituciones- es lo que realmente marca la diferencia y su potencial es ilimitado. En Estados Unidos cada ciudadano valdría 300.000 dólares. España no aparece entre los 20 países analizados pero, siguiendo el modelo, ¿cree que las fuertes entradas de capital de los años en los que nos creíamos ricos han sido bien aprovechadas?

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