jueves, 24 de enero de 2013

La "estafa" del capuchino grande

(Extraído de la columna de Isabel Coixet en el suplemento Dom del 23 de diciembre de 2012. Es un ejemplo de la fiscalidad globalizada a la que muchos no podemos ni aspirar)

En los últimos 14 años, la cadena americana Starbucks ha pagado tan solo ocho millones de libras en impuestos al erario público británico. En estos 14 años, las ventas de Starbucks en Inglaterra han supuesto tres billones de libras. No hace falta ser un experto en impuestos para ver que algo no cuadra en estas cuentas. La cadena americana utiliza tácticas que incluyen un curioso sistema de contabilidad, por el que tributa en otros países pero no en eran Bretaña. Por ejemplo, técnicamente comprar el café en Suiza, aunque el café que utiliza nunca ha pasado por allí. Esa y otras tácticas para evadir demuestran que Starbucks pone mucho más arte en su contabilidad que en los skinnylattes.
Tras la aparición de esta noticia hace unos meses en la prensa inglesa, han aumentado los colectivos, que proclaman el boicot a la cadena. Para parar este movimiento, que ya se ha notado en las ventas de los establecimientos Starbucks, la empresa ha accedido a pagar 20 millones de libras este año, aunque queda por aclarar si lo hace como concesión de cara a la galería para impedir la publicidad negativa o realmente va a cambiar la manera de tributar. Otras empresas como Google o Amazon ya se han visto amenazadas por el mismo boicot, pues han salido a la luz las magras cifras de beneficios que están declarando y que resultan, cuando menos, difíciles de creer. […]


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