martes, 8 de enero de 2013

Huracanes, tormentas, contracción y teorías clásicas


(Un artículo de Pablo Rodríguez Suanzes en El Mundo del 4 de noviembre de 2012)

En el libro tercero de su célebre Teoría general, publicado en 1936, John Maynard Keynes indicaba que «la construcción de pirámides, los terremotos o incluso las guerras podrían incrementar nuestra riqueza»... «si es que los principios de la economía clásica con los que se ha inculcado a nuestros mandatarios les impiden pensar en cosas mejores». Keynes no abogaba por obras faraónicas (socialdemocracy21stcentury.blogspot.com.es/2011/08/keynes-and-pyramid-building-what-he.html), pero alguno de sus discípulos sí cree que los desastres naturales pueden tener efectos expansivos. Sin ir más lejos, y a raíz del huracán Sandy en EEUU, Mark Zandi, de Moody's, consideraba que la economía del país podría empezar a recuperarse una vez que comiencen los "proyectos de reconstrucción (www.miamidiario.com/economia/usa/estados-unidos/centro-nacional-de-huracanes/noaa-hurricane/tormenta-tropical-sandy/huracan-sandy/trayectoria-sandy/sandy/hurricane-sandy/299622). 

Hay casos en los que un desastre enorme, como el terremoto de Lisboa de 1755 (www.york.ac.uk/res/cherry/docs/Alvaro3.pdf), supuso una oportunidad, pero el efecto de un desastre no es expansivo. Las primeras estimaciones hablan de un coste de más de 15.000 millones de dólares por Sandy. William Nordhaus, de Yale, ha calculado el impacto de los huracanes sobre la economía. Y señala que han aumentado notablemente desde principios del siglo XX. Desde apenas un 0,1%del PIB, hasta cerca del 1% (nordhaus.econ.yale.edu/documents/Nordhaus_Hurricanes_CCE_1_1.pdf). Su efecto es mucho más devastador según mejoran y se concentran las infraestructuras. Eríc Strobl ha calculado el impacto en el PIB de los condados: un 0,8% en las regiones afectadas, pese a que luego hay una recuperación, con las ayudas, del 0,2%. Los trabajos más completos dicen que el efecto sobre el PIB no es determinante (www.economist.com/blogs/democracyinamerica/2011/03/catastrophe_and_growth). Desde luego, sí que hay sectores que se benefician. Bob Pisani da algunas ideas para «invertir en huracanes»: empresas distribuidoras de sal, fabricantes de generadores eléctricos, reparadores de techos. Y otras en las que no, porque pierden mucho: las aseguradoras (www.cnbc.com/id/49603593).

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