(La columna de Pablo Rodriguez Suanzes en El Mundo
del 23 de diciembre de 2012)
Por segundo año consecutivo, Campofrío ha grabado un
spot navideño especial. En la edición de este año, famosos como Fofito, Santiago
Segura o Chiquito de la Calzada tratan de insuflar optimismo destacando las casas
buenas de España (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/17/comunicacion/1355743512.html).
Está generalmente aceptado que somos procícilicos.
Que cuando, todo va bien nos crecemos y cuando va mal, como ahora, nos hundimos
y lo vemos negro. Esta misma semana, el Gobierno, a través del ministro de
Exteriores, aseguraba que “la imagen de España ha mejorado en 2012 en todo do el
mundo, salvo, en Japón”. (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/18/espana/1355850034.html).
Pero... ¿es verdad? Oliver Burkeman, autor del reciente El Poder del pensamiento negativo, argumenta que tanto la filosofía
antigua como la psicología moderna sugieren que “los más oscuros pensamientos pueden
hacernos más felices”. Y arremete contra ridículos profetas y mercenarios del optimismo
(www.nytimes.com/2012/08/05/opinion/sunday/the-positive-power-of-negative-thinking.html?_r=1&).
The
Wall Street Journal recogía recientemente las ideas de
Burkeman y otros psicólogos para analizar de qué manera ponerse en lo peor, “la
vía negativa" de la que hablaba el difunto Albert Ellis, remontándose a
Séneca, funciona para ser más felices (online.wsj.com/article/SB10001424127887324705104578147333270637790.html).
Tali Sharot, del University College London,
es la autora de La ciencia del optimismo.
En él estudia las raíces evolutivas y neuronales del optimismo, y argumenta que
éste empieza con «el más extraordinario de los talentos humanos: el viaje
mental en el tiempo», algo esencial para la supervivencia. Lo explica en vídeos
fascinantes en español (www.redesparalaciencia.com/7878/redes/redes-131-somos-optimistas-por-naturaleza)
o en inglés (http://www.brainpickings.org/index.php/2012/12/12/science-of-optimism-sharot/).
El economista Andrew Oswald encontró un patrón increíble en la felicidad
humana, con datos de medio millón de personas de todo el mundo. Desde la adolescencia,
nuestra felicidad cae continuamente hasta llegar a la crisis de los 40. ¡Pero después
resurge! (http://www2.warwick.ac.uk/fac/soc/economics/staff/academic/oswald/).
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