sábado, 16 de febrero de 2013

Ingresos, felicidad y una (ex)paradoja



(Un artículo de Pablo Rodríguez Suanzes en el suplemento económico de El Mundo del 20 de enero de 2013)

Durante décadas hemos vivido tratando de creer que el dinero no da la felicidad. Que lo material es una parte importante, pero no la más importante. Que la salud, el amor o la familia influyen más (http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/03/20/el-dinero-da-la-felicidad-en-un-10--94495/). No es algo original. Durante siglos, en Occidente, el dinero fue algo poco extendido y la riqueza estuvo muy mal vista (por la Iglesia), como cuenta Jacques Le Goff en La edad media y el dinero, publicado recientemente en español (http://www.akal.com/libros/La-Edad-Media-y-el-dinero/9788446035947). La corriente dominante en la actualidad (http://www.ft.com/intl/cms/s/0/31a31ea6-0161-11df-8c54-00144feabdc0.html#axzz2IMMI8R3Z) defiende que «a pesar de los avances económicos, cada vez menos personas se sienten satisfechas». Y que a partir de unos ingresos mínimos, tener más nos aporta poco (http://www.ieseinsight.com/doc.aspx?id=00630&ar=11&idioma=1). En el mundo académico esto es lo que se conoce como la Paradoja de Easterlin, formulada en 1974 por Richard Easterlin (http://graphics8.nytimes.com/images/2008/04/16/business/Easterlin1974.pdf). Aunque vivas bien, quieres más: si tienes un coche de 20.000 euros, quieres uno de 40.000; y si tienes un chalet, quieres la piscina del vecino. Recientemente, el célebre Daniel Kahnneman ha llegado a conclusiones similares.
 
Pero... ¿y si no fuera así? ¿Y si el dinero sí que diera la felicidad y cuanto más, mejor? Eso es lo que sostienen Daniel W. Sacks, Betsey Stevenson yJustin Wolfers en un interesantísimo paper publicado hace unas semanas. Según sus evidencias, la relación entre felicidad e ingresos es logarítmica. Si tu salario pasa de 50.000 a100.000 euros tu felicidad aumenta en la misma medida que si pasa de 200.000 a 400.000. No es la cantidad, es la proporción, aseguran sus cálculos, pues si pasaras de ganar 400.000 a 600.000, no sería lo mismo (http://www.forbes.com/fdc/welcome_mjx.shtml). Y es así no en un país o cultura concreta, sino en general. Y sobre todo, afirman, no existe ese punto teórico a partir del cual los ingresos dejan de ser relevantes. Y para ello usan datos de encuestas de Gallup o del Eurobarómetro, fuentes que en el pasado habían sido usadas para demostrar lo contrario (http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/09/06/noticias/1283796027.html).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free counter and web stats