miércoles, 5 de marzo de 2014

Los defectos de las autoridades públicas



(Un artículo de Ricard González sobre los responsables de la crisis, en El Mundo del 13 de septiembre de 2009)

Un asunto discutible es hasta qué punto las instituciones públicas podrían haber evitado la explosión de la crisis financiera, pero de lo que no hay duda es que, como mínimo, no estuvieron a la altura de las circunstancias. Uno de los personajes que se ha llevado más palos por parte de la prensa estadounidense especializada es Christopher Cox, el ex presidente de la entidad reguladora de la Bolsa (SEC, por sus siglas en inglés).

Su organismo no sólo fue incapaz de destapar la estafa multimillonaria de Madoff, sino que tampoco mostró el celo escrutador necesario ante las prácticas de dudosa viabilidad de los grandes bancos de inversión como Lehman Brothers o Merrill Lynch. Cox argumenta que no tenía suficientes poderes para intervenir en unos mercados financieros altamente desregulados. Y tiene parte de razón. Durante los últimos 15 años, el Congreso de EEUU, con Phil Gramm a la cabeza, y la Casa Blanca han aprobado diversas medidas encaminadas a eliminar varios de los mecanismos de control de la banca que, de haber estado aún en vigor, quizás podrían haber frenado a tiempo el desastre, o al menos haberlo minimizado.

Otro al que le han llovido las críticas […]ha sido Alan Greenspan. Quien fuera apodado 'El Oráculo', fue incapaz de presagiar la burbuja inmobiliaria que estaba creando su política de bajos tipos de interés, y además, puso su sello de aprobación a las políticas de desregulación en boga en los años noventa. El propio Greenspan reconoció en una audiencia en el Congreso que se equivocó al creer que las compañías financieras se podían regular a sí mismas.

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