sábado, 2 de agosto de 2014

¿Hay razones para que España siga en el euro?



(Un artículo de Rafael Pampillón Olmedo en el suplemento económico de El Mundo del 27 de septiembre de 2009. Pura arqueología económica)

El 14 de septiembre, The WaIl Street Journal (WSJ) publicó un artículo en portada titulado Spain's Struggles Illustrate Pitfalls of Europe's Common Currency (Los problemas de España ilustran las dificultades de la zona euro) donde se ponla de manifiesto la baja competitividad de la economía española, que se está agravando últimamente por la fortaleza del euro frente al dólar. Esta pérdida de competitividad se manifiesta en la pérdida de puestos en el ranking a tal efecto del World Economic Forum (del 22 del mundo al 33, en 10 años).

El artículo explica que un país puede recuperar su competitividad mediante devaluaciones de su divisa o innovación. Efectivamente, antes de su incorporación al euro, España devaluó la peseta en varias ocasiones para salir de las crisis económicas. WSJ señala que como España no tiene ahora moneda propia para devaluar, deberá ganar competitividad a través de rebajas salariales y de precios respecto a sus socios de la zona euro. Desgraciadamente, hay una fuerte resistencia a bajar precios y salarios, por lo que España seguirá siendo muy poco competitiva. La otra opción sería salirse del euro para poder devaluar.

Algunos han señalado que de no haber estado en el euro, en 1999, la política monetaria hubiera seguido otros derroteros y el Banco de España hubiera subido más los tipos de interés de lo que lo ha hecho el BCE (que los ha mantenido muy bajos). Con tipos más altos el crecimiento hubiera sido menor, pero quizá con una composición más equilibrada hubiera habido una menor demanda interna (incluida la de viviendas) y más exportaciones.

Es decir, con tipos de interés más altos se reducir el gasto público y el elevado habrían producido intervencionismo menores desequilibrios, una menor burbuja inmobiliaria pero también, probablemente, un menor crecimiento económico y mucha menos creación de empleo y menos inmigración. Esta fase baja del ciclo, que ahora padecemos, sería mucho menos dura y con menos desempleados. El euro explica, en parte, nuestros problemas actuales. Si esto es así ¿por qué es mejor que España forme parte del euro?

Las ventajas de estar en la moneda única son muchas y sobrepasan las que hubiéramos obtenido si no hubiéramos pertenecido a la eurozona. ¿Por qué? 1º) gracias al euro nuestra credibilidad internacional durante estos más de 10 años ha sido mayor y nuestros tipos de interés mucho más bajos, lo que nos ha permitido crecer muy por encima de nuestros socios europeos; el éxito económico español se debe al euro. 2°) Es muy probable que fuera del euro la competitividad derivada de la depreciación de la peseta hubiera perjudicado las exportaciones del resto de los países de la Unión Europea, lo que pondría en peligro nuestras buenas relaciones dentro de la UE. 3°) Al entrar en el euro se ha eliminado el riesgo del tipo de cambio, que ha permitido una gran accesibilidad de las empresas españolas a la financiación internacional lo que les ha facilitado su fuerte expansión en el exterior y la entrada de capital extranjero. 4°) Fuera de la moneda común la inflación española sería probablemente mucho mayor, y como consecuencia el tipo de cambio de la peseta sufriría una enorme volatilidad con respecto a otras monedas, lo que generaría bastante incertidumbre en las relaciones económicas de España con el resto del mundo.

Y 5°) una reintroducción de la peseta empeoraría la gestión de las finanzas públicas con aumentos en el déficit presupuestario y la deuda pública. Esto dispararía el riesgo país, por lo que resultaría mucho más caro obtener financiación en los mercados financieros internacionales. En resumen, los costes de estar dentro del euro son muy inferiores a los de abandonarlo.

Desechada la posibilidad de cambiar de divisa, y ante la imposibilidad de devaluarla, se puede aumentar también la productividad mejorando las infraestructuras, los niveles educativos, el mercado de trabajo y las tecnologías de la información y del conocimiento. También habría que reducir el gasto público improductivo y el elevado intervencionismo de los entes territoriales (creación de empresas públicas, control de las cajas de ahorros y aumento de tasas y de trámites burocráticos que generan lentitud e incrementos en los costes empresariales).

Con ello la confianza en nuestros gobernantes mejoraría y, lo que es más importante, nos pondríamos en camino para resolver los problemas que padece la economía española. De no seguir este camino lo único que nos espera es una larga crisis económica como las que han tenido Japón, Italia y Portugal, durante 10 años. Y entonces sí que habría que hacer las reformas estructurales y soportar, durante muchos años, rebajas salariales como las que propone WSJ, que nos permitan ganar competitividad y poder así salir de la crisis.

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