(La columna de Pablo Rodríguez Suanzes en el suplemento
económico de El Mundo del 28 de febrero de 2010)
El 11 de enero de 1833,
Mariano José de Larra escribió en EI Pobrecito
Hablador una de las piezas más famosas del periodismo español: Vuelva usted mañana (www.cervantesvirtual.com).
En ella, Larra inventa a un inocente francés dispuesto a resolver unos asuntos
en 15 días. Vuelva usted mañana es,
por desgracia, una caricatura cuya vigencia sigue casi intacta. Destaca Domingo
Soriano que según datos del Doing
Business (www.doingbusiness.org), a la hora de empezar un negocio «ocupamos
el puesto ¡146! de 183 países analizados [ ... ] en España, son necesarios 10
procedimientos, 47 días y un coste del 15% del PIB per cápita para algo tan
peligroso como poner en marcha un negocio» (www.juandemariana.org).
¿Por qué dejamos para
mañana lo que se puede hacer hoy? En 1991, 10 años antes de ganar el Nobel, George
Akerlof publicó un célebre paper
titulado Procrastination and Obedience.
En él indicaba que la procrastinación «tiene lugar cuando los costes presentes
son excesivos en comparación con los costes futuros, llevando a los individuos
a posponer las tareas sin anticipar que, cuando llegue el mañana, la acción
requerida será retrasada de nuevo». Akerlof daba incluso algún ejemplo de coerciones
que pueden «mejorar la utilidad» cuando los ciudadanos no son capaces, según él,
de saber qué es mejor para su futuro, como la retención para las pensiones (http://socsci2.ucsd.edu/~aronatas/project/academic/akerlof%20on%20procrastination.pdf)
¿Y si lo hace el Gobierno? Una de las críticas
más duras a esta teoría es la de Block y Anderson, quienes sostienen que la
tesis de Akerlof «es poco sólida» y que las «políticas públicas que recomienda no
pueden justificarse», sobre la idea de «notabilidad» (que algo nos parece más importante
cuanto más cerca esté en el tiempo y en el espacio) (www.jstor.org/pss/3487576).
Una pregunta intrigante para España ahora es, ¿puede dejar un Gobierno para
mañana medidas necesarias hoy? En asuntos graves, hay mucho riesgo, como
indican Furusawa y Lai en A Theory of Government
Procrastination (http://ihome.ust.hk/~elai/pdf/090706_latex.pdf).
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